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PORNOVENGANZA & DIFUSIÓN SEXUAL
La pornovenganza (“sexpreading”) implica la distribución de imágenes o vídeos sexualmente explícitos, sin el consentimiento de los individuos mostrados.
Cualquiera puede experimentar la pornovenganza o la “sextorsión”, ¡no estás sola/o y no es tu culpa!
A menudo se utiliza para chantajear a otra persona (en su mayoría niñas y mujeres) para que realice actos sexuales o para continuar una relación (sextorsión) o simplemente como un medio para dañar la reputación de la persona.
El nombre de pornovenganza distorsiona lo que realmente es, ya que sugiere que la víctima hizo algo para merecer este delito, en efecto, echándole la culpa a la víctima. Incluso si las fotos se toman con consentimiento – por ejemplo, en el contexto de una relación íntima – la publicación de estas fotos online sin consentimiento con la intención de dañar a la víctima es un acto criminal y no consentido. Esto es ABUSO SEXUAL.
Aunque la mayoría de las veces se produce después de terminar una relación, la pornovenganza también puede producirse en otro tipo de relaciones (por ejemplo, por una persona con la que sólo tienes una relación virtual o alguien con quien estás sólo como “un lío”).
¡Ten en cuenta que cualquier cosa que compartas puede ser utilizada en tu contra! Y hay posibilidades de que esto ocurra cada vez que envíes una imagen! No es tu culpa si te pasa, ¡pero es importante pedir apoyo!
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Se han tomado medidas contra la pornovenganza. Las redes sociales como Facebook han comenzado a tomar cartas en el asunto para detectar y detener la difusión de este material.
También existe una legislación que criminaliza la publicación de fotos de desnudos no consentidos. Se han cerrado sitios dedicados a la publicación de estas imágenes y vídeos y hay una creciente conciencia y movimiento para detener su propagación.
5 CONSEJOS PARA RECORDAR SOBRE TUS IMÁGENES y VÍDEOS ONLINE
- No dejes que nadie te convenza de que tienes que enviar tus fotos y vídeos íntimos a nadie, aunque sea una persona que te guste de verdad.
- Si tus fotos o vídeos privados son difundidos o publicados en algún lugar de la red, debes saber que no es culpa tuya. La única culpable es la persona que hizo esto sin tu consentimiento.
- Encuentra a un/a adulto/a en quien confíes y cuéntale lo que está pasando. Tu mejor amiga o tu hermana mayor pueden ser de apoyo, pero en estas situaciones graves es bueno hablar con una persona adulta, por ejemplo con tu padre o madre, profesorado, trabajadores para jóvenes u otras personas para que te apoyen en lo que necesites.
- Piensa en denunciar tu caso a la policía. Es importante que se registre este tipo de abuso y que la persona o personas responsables se atengan a las consecuencias de lo que te han hecho.
- Si te sientes ansioso/a o angustiado/a, trata de no entrar en pánico: acude a un servicio de apoyo donde puedas hablar con alguien que entienda por lo que estás pasando.