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Aparentando que no ha pasado nada
El ciclo de la violencia
¡NO HAY EXCUSA POSIBLE PARA LA VIOLENCIA REPETIDA!
Repetición vs cambio verdadero
Recuerda el «Testimonio de Celos» en el que decía “me sorprendía con notas y regalos o me inundaba con cumplidos y afecto, ¡podía llegar a ser tan dulce y cariñoso!”. ¿Qué piensas de este comportamiento?
¿Sabes de alguien que actúa de la misma manera? ¿Que en un minuto está gritando o enfadado/a y al siguiente actúa como si nada hubiera pasado?
Este tipo de comportamiento es muy común en las relaciones abusivas
y violentas, y es parte de lo que se llama el ciclo de la violencia.
Las relaciones violentas no se vuelven violentas de un día para otro y tampoco son violentas 24/7.
La violencia no empieza de repente; es un proceso progresivo y lento que te debilita poco a poco.
Al principio de la relación el control o el abuso pueden a veces pasar desapercibidos o suceder lentamente, siendo percibidos por la persona como
signos de afecto, como los celos (como signo de amor) y como control oculto tras la supuesta preocupación o protección, etc.
A medida que pasa el tiempo, junto a estos actos, la persona puede mostrar unos comportamientos tranquilos y afectuosos. Esto puede causar confusión a la persona que está siendo controlada, que seguramente intente cambiar todo lo que hace para evitar ese comportamiento abusivo, llegando incluso a culparse
a sí misma y no a la pareja que está siendo abusiva.
En esta fase comienza la tensión entre la pareja y la persona que abusa se vuelve cada vez más agitada y agresiva. Algunos comportamientos pueden ser criticar, estar de mal humor, humillar, amenazar, dejar de mostrar afecto y gritar. La víctima percibe la agitación de quien abusa y tiene la sensación que mejor andar con pies de plomo. La víctima hará cualquier cosa para evitar que la explosión se produzca. Algunos de los comportamientos de las víctimas podrían incluir el aceptar la situación, el intento de calmarse, y el intento de complacer y de razonar con dicha persona.
Esta fase es cuando se lleva a cabo un abuso agresivo, verbal, físico o sexual, tratando de controlar y oprimir a la víctima. Algunos comportamientos pueden incluir golpes, portazos, humillaciones, estrangulación, agresión sexual o violación. Algunos de los sentimientos que la víctima puede sentir pueden ser miedo, temor, dolor, búsqueda de protección, enfado o vulnerabilidad. Durante esta fase la víctima puede llamar a la policía o intentar dejar la relación.
En este punto, la persona abusadora puede empezar a sentirse avergonzada. Puede que se retire e intente justificar sus acciones ante sí misma y ante los/las demás. Por ejemplo, pueden decir: “Sabes que me enfada cuando dices eso”. Quien abusa puede prometer no volver a ser violento/a nunca más. Algunos comportamientos pueden incluir el pedir perdón, el llanto, la declaración de amor, el inicio de gestos románticos, la promesa de obtener ayuda, etc. Pueden tratar de explicar la violencia culpando a otros factores, pueden ser muy atentos/as con la persona que experimenta la violencia, incluso comprando regalos.
SI ALGUIEN ESTÁ DISPUESTO/A A CAMBIAR, RESPETARÁ TUS LÍMITES Y NO REPETIRÁ EL COMPORTAMIENTO TÓXICO!
Podría parecer que la persona ha cambiado
¿Cómo podemos saber si alguien está en una fase de luna de miel o está dispuesto/a a cambiar?
La persona que experimenta la violencia puede sentirse confundida y herida, pero también aliviada de que la violencia haya terminado. Durante esta fase, algunos comportamientos de la víctima pueden incluir el estar de acuerdo en quedarse, sentirse feliz y esperanzada en el cambio o regresar con la persona abusadora.
Ambas personas pueden sentirse felices y querer que la relación continúe, por lo que es posible que no reconozcan la posibilidad de que la violencia y el ciclo se repitan.
A lo largo del tiempo, puede haber cambios en el ciclo. La fase de la luna de miel puede acortarse, y la tensión y la violencia podrían aumentar.